Hace un tiempo hice una entrada donde enumeraba 50 Cosas que odiábamos los escritores, y ahora toca el turno a las cosas que amamos, porque ajá, el mundo se compone de cosas buenas y de cosas malas.
Entonces, como buenos escritores hay todo un mundo de anécdotas y momentos que nos hacen amar nuestra profesión, si es que se le puede decir así, y bueno, según yo, estas son:
1. Cuando la inspiración llega.
Aunque por ahí leí una vez que la inspiración solo era un romanticismo de escritor, la verdad es que si existe la inspiración, y así como hay momentos de bloqueo, también hay momentos donde la creatividad fluye como un río y es un momento que realmente amamos.
2. Cuando nos proponemos escribir cierta cantidad de páginas y lo hacemos.
Bueno, quizá esto es más algo personal ¡ja, ja, ja! pero tal vez haya más escritores como yo, que a veces decimos que escribiremos cierta cantidad de páginas o capítulos al día y al final no lo hacemos, así que es bastante satisfactorio cuando la meta que nos proponemos es cumplida.
3. Imaginar.
Esto puede ir de la mano con la inspiración, no hay nada más bonito para un escritor que imaginar una historia, los ambientes, los personajes, es como crearse un mundo entero en la mente, del que tú eres su Dios.
4. La computadora.
Este no es el único medio que existe para escribir, pero es el más usado actualmente, (admiro a la gente que tenía que escribir a mano, ¡tremenda paciencia!) en definitiva, amamos cualquier cosa que nos permita expresar esas ideas locas que se nos ocurren.
5. Nuestros personajes.
Si no amas tus personajes, fracasaste como escritor. ¡ja, ja, ja! ok, es que, si tú no los amas, ¿quién lo va a hacer? Te encariñas tanto con ellos que ya los ves como tus bebés, hablas con ellos, te imaginas toda su vida y es genial.
6. Leer.
Un buen escritor es un buen lector. La mayoría, si no es que todos, empezamos primero leyendo un buen libro, tomándole amor a ese arte tan maravilloso que es crear historias con palabras escritas, ¡ah! ¡qué hermoso!
7. Ese placer de releer lo que escribiste y sentir que te gustó.
Es raro, como el cometa Haley una vez cada 75 años, pero de vez en cuando, pasa que te gusta lo que escribes, y es absolutamente genial.
8. Que te comparen con un escritor famoso.
¡JA, JA, JA! No mentira, eso no pasa.
9. Los lectores.
Cuando por fin decides publicar tu historia (digase editorial, por plataformas, etc) y aparecen esas lindas personitas llamadas "lectores". Dicen que aman tu obra y tú no entiendes por qué, pero ahí están y son geniales.
10. Las plataformas de escritura.
¡Oh alabado seas! persona que inventó las plataformas para escritores. En una era de revolución digital, estas plataformas han sido la mejor manera de darte a conocer.
11. Cuando tienes una idea fabulosa para un título.
No siempre pasa, pero de pronto llega la idea genial y es como si hubiera estado ahí todo ese tiempo.
12. Escribir tanto, que ni siquiera te das cuenta de la hora.
Es genial, cuando te metes en las páginas de tu historia, y escribes y escribes, al teclado le sale humo de la velocidad tan rápida que llevas por escribir, y cuando te das cuenta ya son las tres de la mañana.
13. Crear una trama genial.
No tienes idea de cómo, pero has creado una trama súper interesante y te encanta.
14. Decir que escribes desde que tienes memoria.
Admitámoslo, los escritores somos un poquito egocentricos a veces, (inserte emoji de los ojos volteados xD) y nos encanta presumir que llevamos escribiendo como 20 años ¡ja, ja, ja! sí, como no.
15. Hacer portadas.
Quizá no todos las hagan porque no manejan muy bien la edición, pero estoy segura que más de uno, mínimo se ha imaginado cómo sería la portada de su novela.
16. Fantasear con ser un best seller famoso.
Todos lo han hecho, no me lo nieguen.
17. Enseñarle tu novela a alguien cercano.
Aunque da mucho miedo y nervios, compartir nuestro escrito con alguien de confianza siempre es emocionante, a veces no nos da el resultado deseado, pero antes de eso, es emocionante.
18. Recibir buenas críticas.
Las opiniones populares siempre te alimentan el ego y te sacan una sonrisa, son lindas, por mucho que luego pensemos que no la merecemos.
19. Cuando llegas a tocar a un lector con tus palabras.
Es genial leer comentarios de lectores que dicen identificarse con tu historia, o incluso los llevas más allá y los haces analizar y pensar sobre tu escrito, creo que eso es cumplir un objetivo como escritor.
20. Sin darte cuenta, de tu mente salen palabras que creías desconocer.
Ya dominas tan bien el escribir, que a veces te salen palabras cuyo significado no sabías que sabías, pero resulta que sí ¡ja, ja, ja!
21. Aprender.
Ser escritor, indudablemente debería ser sinónimo de aprender. Porque siempre estamos investigando cosas nuevas para nuestras historias.
22. Escribir correctamente.
A todos nos cuesta la ortografía de vez en cuando, y empezamos escribiendo del asco, pero luego, con el tiempo, escribir bien se vuelve casi algo inconsciente en ti, y cuando fluye solo, es genial.
23. El clima lluvioso.
¿Quién no se ha inspirado a escribir con un clima de estos? Es que yo no sé que tienen, una magia rara que te hace escribir mejor.
24. La música.
No todos los escritores usan música para escribir, pero los que sí, amamos que una buena canción nos inspire a escribir cosas geniales.
25. Usar experiencias propias para plasmarlas en la novela.
Si no lo has hecho, fracasaste como escritor.
26. Criticar a otros.
No mientan, sé que están asintiendo la cabeza como bailarinas de tablero de auto, ¡ja, ja, ja! eso de criticar a otros nos fascina.
27. Los derechos de autor.
En realidad no son garantía de nada, pero al menos te cubren un poco las espaldas, así que ¡gracias por existir!
28. Ganar un concurso de escritura.
¡Oh sí! aquí viene el ego de nuevo.
29. Volverse popular en las plataformas de escritura.
Por supuesto esto no aplica a grandes escritores, Poe, Rowling y King no necesitan de eso, pero nosotros, simples aspirantes, nos emocionamos cuando eso pasa.
30. Los lectores.
¡Ah no! eso ya lo dije, pero lo repito, ¡LOS AMAMOS! gracias por estar ahí para nosotros.
31. Terminar una historia.
Esto también puede ser algo triste, pero es una enorme satisfacción, algo así como la sensación después del orgasmo, cuando terminas una historia que te ha llevado tanto trabajo y dedicación.
32. Empezar una historia.
Por su contraparte, empezar algo nuevo también es bastante emocionante y excitante, cada vez que un nuevo mundo se aparece ante nuestros dedos y tenemos la oportunidad de crear algo.
33. Imaginar nuestra novela hecha película o serie.
¡Lo hacen! no digan que no.
34. Las editoriales.
Sí, ya sé que esto lo puse en la sección de odio, pero es que la relación con las editoriales es como de amienemigos. Los odiamos y los amamos por igual, ¿quién no sueña con ser publicado con una editorial?
35. Usar la novela para dar una crítica social.
Siempre lo hacemos, es inevitable.
36. Ver a nuestras novelas como si fuera un hijo.
Es nuestro bebé, que lanzamos al mundo para que sea destripado, como jesucristo, pero al fin y al cabo, es nuestro bebé.
37. Crear voces en tu cabeza para cada personaje.
Como lectora también lo hago, pero como escritor es algo totalmente diferente, pues la voz que tú le creas es la voz autentica, y así imaginas que suena.
38. Hacer diálogos.
A veces los diálogos pueden salir muy planos, pero cuando agarras el hilo de lo que estás haciendo, puedes crear diálogos que parecen sacados de una conversación real.
39. Hacer una escena que te mueres por escribir.
Ok, pensaste en tu novela, y de pronto se te ocurrió una escena espectacular para la cumbre, pero debes esperar a construir tooodo el inicio antes de llegar ahí. Cuando finalmente la escribes, es genial. Algunos escritores escriben en desorden, pero yo considero que hacer eso es muy complicado.
40. Tener sueño y no parar de escribir.
Es como si el monstruo de la escritura se apoderara de ti, no importa si inviertes el nombre de los personajes, o si casi ya no miras la computadora porque tienes los ojos chinos de tanto sueño, ¡debes terminar!
42. Que la gente piense que eres muy culto.
Señor ego de nuevo, ¡ja, ja, ja!
43. Tener una mente retorcida.
Pasa con los que escribimos terror, horror, novela negra y derivados. A veces se nos ocurren cosas que solo el demonio podría haber puesto en nuestra mente, pero nos encanta.
44. Imaginar romances rosas.
Por el contrario, los escritores de romance, también amamos imaginar esos romances de fantasía que nunca viviremos ¡ja, ja, ja! (yo si) sonreímos con los personajes, lloramos con ellos y nos enamoramos de la historia.
45. Crear mundos fantásticos.
Esta es para los escritores de fantasía y ciencia ficción. Mis completos respetos para crear mundos tan increíbles y maravillosos.
46. Explicarle a los demás tu historia.
¡Ahí viene otra vez! dice el amigo al que le has contado una y otra vez de qué va tu historia, pero es que simplemente no te cansas de hablar sobre ello.
47. Decirle a la gente que eres escritor.
Y te miran con cara de "ah, que bueno", porque no te creen.
48. Hacerte publicidad.
Puede ser bastante engorroso, pero también puede ser muy divertido cuando no te lo tomas como una obligación. Disfruta hacerlo y verás que ni siquiera lleva esfuerzo.
49. Tener carpetas para cada historia.
A menos que seas un desordenado/a, no hay nada más satisfactorio que ordenar todos los documentos de tus historias es carpetitas en la PC.
50. Los lectores...no mentira ¡ja, ja, ja! Simplemente escribir.
Finalmente, amamos escribir, porque sí, porque nos nace, porque es lo más maravilloso del mundo.
Y... estás son las 50 Cosas que amamos los escritores, espero que les haya gustado y se pasen también por las 50 que odiamos.
¡Me encantó! Hasta se me heló a flor de piel la oración número 20, ¡eso me pasa! Y con los años me considero que escribo cada vez mejor, mis libros y personajes son mis bebés.